Hace unos días tuve la oportunidad de ver en una pequeñísimo teatro de Nueva York la obra "Love, Loss and What I Wore" (amor, pérdida y lo que llevaba puesto) en la que se habla de todos aquellos momentos importantes en la vida de nosotras las mujeres: el nacimiento de un hijo, una boda, un funeral, una mastectomía o un divorcio, y cómo lo que llevábamos puesto en ese momento se quedo fijado en nuestras mentes para siempre.
Me quede pensando entonces ¿será que por eso amamos tanto la ropa, los zapatos y las bolsas? ¿será que nos transportan a ese momento en nuestra vida cuando nos sentimos poderosas , alegres o débiles?.
Cuando intento recordar una prenda de ropa que haya dejado una huella en mi vida, siempre regreso a la misma : un vestido beige sin mangas con un estampado de enormes manzanas rojas, con un gran banda roja sobre la cintura que se convertía en moño en la espalda. Era un vestido que ví cuando tenía 8 o 9 años en una tienda en El Paso, amé ese vestido en cuanto lo ví pero jamás lo tuve: era demasiado caro para comprarlo. No hay otra prenda que recuerde con más claridad en mi mente que esa.
Recordarlo ahora me causa nostalgia....
¿Qué prenda de ropa recuerdan de manera más viva en su mente y que emociones les trae?
lunes, 27 de septiembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Las pecas de mi nariz
Los cuarenta llegaron a mi expediente como los 28, los 30, los 33, los 37…sin sentirlos. Ahora que lo pienso, creo que me gané esa fortuna con mi necedad de nacer en plenas posadas, ya saben: campanitas, villancicos, pino oloroso, adornos, cena deliciosa, familia…¿quién puede entristecerse porque su pastel de cumple ya parece una fogata?
Es cierto que los años pasan, que el metabolismo cambia con cada década, que la piel pierde humedad y gana arrugas, marcas, manchas, sombras... Los años están ahí, sé que los tengo, que pasan y se quedan, pero pienso que lo relevante no es la cifra, sino lo que hemos pasado mientras llegamos a ella.
Tampoco se olvida que en la mujer los estragos del paso del tiempo son especialmente evidentes si, además, tuvo hijos después de los 30 y el ejercicio no se le da. Lo único que agregaré sobre el punto, es que mis dos críos valen cada gramo de grasa que se pegó a mis músculos abdominales y cada cana que se asoma entre mis rizos esponjados.
Pero la edad, es lo de menos. Siento que mis 40 son maravillosos y no los cambiaría por nada, pero tampoco puedo afirmar que son maravillosos porque son 40, podrían ser 50 o 30. Es sólo percepción, como aquello del vaso medio lleno, o medio vacío ¿se acuerdan?
La primera vez que me dijeron “señora” tenía 24. Fue realmente extraño porque, menuda desde niña (y chaparrita), siempre me han dicho que soy lo que comúnmente se denomina “traga-años”. Confieso que aquella vez me afectó el apelativo, pero ahora sé que para una niña de 14 o 15 años, una mujer de 24 seguro siempre es una “ñora”, mientras para mí que ya tengo 40, es casi una adolescente.
Así las cosas, todo depende del cristal con que se mire y como decía mi abuela Toña, de cómo nos fue en la feria. La mía es hoy más divertida que nunca: mucha adrenalina, mucho trabajo, mucha pasión, mucho sexo, muchos estrés, dos-tres reveses y depresiones pasajeras para darle sazón y ayudar a crecer… Pero es así desde los 31, edad a la que decidí que era hora de vivir sola (sí, sí, ya sé, debió ser antes, pero el síndrome de Peter Pan es duro de roer).
Puede leerse arrogante, pero con 40 encima, me miro al espejo y sólo me veo a mí. Es decir, a veces con las redondeces de la espera de los hijos; otras reseca por los estragos de algún reven o pálida por la llegada de enfermedades propias o ajenas. Pero siempre, invariablemente, veo el mismo rostro que la primera vez que me unté rimel en las pestañas…
De eso hace ya 26 años y las pecas de mi nariz siguen donde las dejé.
@giaglams en twitter
Es cierto que los años pasan, que el metabolismo cambia con cada década, que la piel pierde humedad y gana arrugas, marcas, manchas, sombras... Los años están ahí, sé que los tengo, que pasan y se quedan, pero pienso que lo relevante no es la cifra, sino lo que hemos pasado mientras llegamos a ella.
Tampoco se olvida que en la mujer los estragos del paso del tiempo son especialmente evidentes si, además, tuvo hijos después de los 30 y el ejercicio no se le da. Lo único que agregaré sobre el punto, es que mis dos críos valen cada gramo de grasa que se pegó a mis músculos abdominales y cada cana que se asoma entre mis rizos esponjados.
Pero la edad, es lo de menos. Siento que mis 40 son maravillosos y no los cambiaría por nada, pero tampoco puedo afirmar que son maravillosos porque son 40, podrían ser 50 o 30. Es sólo percepción, como aquello del vaso medio lleno, o medio vacío ¿se acuerdan?
La primera vez que me dijeron “señora” tenía 24. Fue realmente extraño porque, menuda desde niña (y chaparrita), siempre me han dicho que soy lo que comúnmente se denomina “traga-años”. Confieso que aquella vez me afectó el apelativo, pero ahora sé que para una niña de 14 o 15 años, una mujer de 24 seguro siempre es una “ñora”, mientras para mí que ya tengo 40, es casi una adolescente.
Así las cosas, todo depende del cristal con que se mire y como decía mi abuela Toña, de cómo nos fue en la feria. La mía es hoy más divertida que nunca: mucha adrenalina, mucho trabajo, mucha pasión, mucho sexo, muchos estrés, dos-tres reveses y depresiones pasajeras para darle sazón y ayudar a crecer… Pero es así desde los 31, edad a la que decidí que era hora de vivir sola (sí, sí, ya sé, debió ser antes, pero el síndrome de Peter Pan es duro de roer).
Puede leerse arrogante, pero con 40 encima, me miro al espejo y sólo me veo a mí. Es decir, a veces con las redondeces de la espera de los hijos; otras reseca por los estragos de algún reven o pálida por la llegada de enfermedades propias o ajenas. Pero siempre, invariablemente, veo el mismo rostro que la primera vez que me unté rimel en las pestañas…
De eso hace ya 26 años y las pecas de mi nariz siguen donde las dejé.
@giaglams en twitter
martes, 7 de septiembre de 2010
Yo soy de la generación X
Nací en 1970, en el año de la copa mundial de futbol México 70, conocí al Tio Gamboín, y movía bien obediente mi silla "a 5 pasos de la televisión", creía en "corcolito" y veía a "la calaca tilica y flaca", vi el festival de "juguemos a cantar" y tenía un disco de acetato de "Enrique y Ana", vi el paso de la tele en blanco y negro, a la tele a color y luego con control remoto!! que avance!!
Me gustaba "Menudo" (que vergüenza, pero lo confieso, que conste solo como nota histórica) y que lance la primera piedra quien nunca ha bailado "claridad " en una boda, por supuesto "flans" y otros muchos grupos clásicos de la época, y si escucho "Autos, Moda y Rock&Roll" se me viene a la mente la tonadita, se lo que son los "top siders" ... conocí a Rodolfo Neri Vela!! (fue a dar una plática al CCh Azcapo, donde yo estudiaba, hasta tengo su autógrafo) Rock101 era mi máximo, alguien se acuerda de Magic Circus??
Vi el eclipse de 1991 "no mires al sol, no mires al sol"... mi primer celular era 4 veces el tamaño del que tengo ahora, conocí las computadoras de discos de 5 1/2" y los discos de 3 1/4" me parecian super! (y cuando se trababan y los sacabas con un clip) conoci hotmail cuando no podías mandar mensajes de mas de cierto tamaño!
Y desde niña pensaba... "cuando llegue el año 2000, tendré treinta años!!!" wow, para mi tener treinta años era ser mayor, ya para ese entonces debía de ser una superejecutiva exitosisima y millonaria, viajando y haciendo cosas importantísimas... super a la moda y super delgada, toda una chica "cosmo".
Y si tuve mi época, de trabajar para una empresa y tener gente a mi cargo, viajar y toda la cosa... y suponía que eso era lo que quería, pero me acuerdo que una vez le comenté a una amiga mientras tomábamos un café "me siento como hamster en ruedita, corre y corre y no se ni para donde"
En fin que llegué a los 30 años, y un buen año me di cuenta de que los 30's se me acababan y que me acercaba peligrosamente a los 40's....
Y un buen dia desperté, y los 40 ya estaban ahí...(como el cuento de Augusto Monterroso)
Y me vi en el espejo y era la misma de ayer cuando tenia 39, ni me cayo encima el peso de esos 40 años ni me brotaron mas canas de las que tengo, ni me convertí en la mujer sabia, madura y cuerda que esperaba debia ser al llegar a esta edad (que susto para mi pobre marido encontrarse otra mujer, lo bueno que dormía plácidamente mientras la loca con la que se casó se miraba al espejo esperando la transformación)
Y resulta que, ni pasó nada emocionante, ni nada terrible pero me puse a recapitular sobre mi vida, y si, a los 20 años tenía "mejor " cuerpo, pero a los 40 tengo un cuerpo que disfruta mas y que conozco mejor, un cuerpo que ha tenido 4 embarazos y 2 niñas que se lograron, que parió y amamantó (mas bien amamanta a una niña de mas de 2 años), que vivió una peritonitis que casi no la cuento y que a pesar de una cicatriz horrible me enseñó que vivo con un hombre capaz de cuidarme y ayudarme a salir adelante el tiempo que estuve completamente incapacitada y de amarme a pesar de un cuerpo "imperfecto", y que soy de las afortunadas que saben lo que es sentirse deseadas, a pesar de los años, a pesar de las canas y a pesar de los kilos... me siento mucho mas segura de mí que cuando era talla 7.
Decidí que no quería trabajar para una empresa cuando busqué tener hijos (por que los hijos deben ser una elección, no obligación ni accidente, ni tenerlos para quedar bien con nadie), y sobre la marcha me convencí de que invertir tiempo para ellas ha sido una buena inversión, hago lo que quiero y me encanta, me reinventé profesionalmente, aprendí que el "éxito" no tiene que ver con los objetos que tienes para presumir, y mas tiene que ver con la calidad de vida que tienes y el tiempo que tienes para disfrutar de tu gente y de tu vida. El tiempo para leer un cuento una y otra vez, tiempo para charlar del dia, tiempo para despertar y ver dormir plácidamente una personita junto a tí, tiempo para escuchar lo que pasó en la escuela. Posiblemente si hubiera tomado otras decisiones tendría mas comodidades materiales, pero no me arrepiento para nada, aunque desde casa tal vez no tenga el ingreso que tendria para un patrón, ser dueña de mi tiempo y disponer de él no tiene precio, cada decisión tiene un precio y la que yo tomé lo vale.
Yo personalmente me siento como que se cerró un ciclo y viene otro, no me interesa la moda, me gusta estar a gusto y verme bien, los genes me han dado muchas canas y so parecer la abuelita de mis hijas tuve que sucumbir al tinte, so what?? lo que sigue, no me preocupa, ya compré mi primera crema antiarrugas y no me agrada mucho un surco que tengo entre las cejas (no se si por pensar mucho o por miope que estoy) la pasé de poca madre en mis 20's , pero no quiero volver el tiempo atrás, ya que me gusta ser como soy y ser quien soy, ya no aguanto las desveladas como antes, tal vez no tenga el ánimos de siempre salir a jugar con mis hijas, pero tengo muchas mas paciencia de la que tenia a los 25 años, tengo proyectos, ganas y mucho mas conocimiento. Y estoy segura de que seguiré haciendo lo que me gusta a los 45, a los 50, a los 60 y hasta que ya no pueda mas o tenga otros intereses, las limitaciones están en la mente...
Bienvenidos 40!
Lety (twitter @criandocreando )
Me gustaba "Menudo" (que vergüenza, pero lo confieso, que conste solo como nota histórica) y que lance la primera piedra quien nunca ha bailado "claridad " en una boda, por supuesto "flans" y otros muchos grupos clásicos de la época, y si escucho "Autos, Moda y Rock&Roll" se me viene a la mente la tonadita, se lo que son los "top siders" ... conocí a Rodolfo Neri Vela!! (fue a dar una plática al CCh Azcapo, donde yo estudiaba, hasta tengo su autógrafo) Rock101 era mi máximo, alguien se acuerda de Magic Circus??
Vi el eclipse de 1991 "no mires al sol, no mires al sol"... mi primer celular era 4 veces el tamaño del que tengo ahora, conocí las computadoras de discos de 5 1/2" y los discos de 3 1/4" me parecian super! (y cuando se trababan y los sacabas con un clip) conoci hotmail cuando no podías mandar mensajes de mas de cierto tamaño!
Y desde niña pensaba... "cuando llegue el año 2000, tendré treinta años!!!" wow, para mi tener treinta años era ser mayor, ya para ese entonces debía de ser una superejecutiva exitosisima y millonaria, viajando y haciendo cosas importantísimas... super a la moda y super delgada, toda una chica "cosmo".
Y si tuve mi época, de trabajar para una empresa y tener gente a mi cargo, viajar y toda la cosa... y suponía que eso era lo que quería, pero me acuerdo que una vez le comenté a una amiga mientras tomábamos un café "me siento como hamster en ruedita, corre y corre y no se ni para donde"
En fin que llegué a los 30 años, y un buen año me di cuenta de que los 30's se me acababan y que me acercaba peligrosamente a los 40's....
Y un buen dia desperté, y los 40 ya estaban ahí...(como el cuento de Augusto Monterroso)
Y me vi en el espejo y era la misma de ayer cuando tenia 39, ni me cayo encima el peso de esos 40 años ni me brotaron mas canas de las que tengo, ni me convertí en la mujer sabia, madura y cuerda que esperaba debia ser al llegar a esta edad (que susto para mi pobre marido encontrarse otra mujer, lo bueno que dormía plácidamente mientras la loca con la que se casó se miraba al espejo esperando la transformación)
Y resulta que, ni pasó nada emocionante, ni nada terrible pero me puse a recapitular sobre mi vida, y si, a los 20 años tenía "mejor " cuerpo, pero a los 40 tengo un cuerpo que disfruta mas y que conozco mejor, un cuerpo que ha tenido 4 embarazos y 2 niñas que se lograron, que parió y amamantó (mas bien amamanta a una niña de mas de 2 años), que vivió una peritonitis que casi no la cuento y que a pesar de una cicatriz horrible me enseñó que vivo con un hombre capaz de cuidarme y ayudarme a salir adelante el tiempo que estuve completamente incapacitada y de amarme a pesar de un cuerpo "imperfecto", y que soy de las afortunadas que saben lo que es sentirse deseadas, a pesar de los años, a pesar de las canas y a pesar de los kilos... me siento mucho mas segura de mí que cuando era talla 7.
Decidí que no quería trabajar para una empresa cuando busqué tener hijos (por que los hijos deben ser una elección, no obligación ni accidente, ni tenerlos para quedar bien con nadie), y sobre la marcha me convencí de que invertir tiempo para ellas ha sido una buena inversión, hago lo que quiero y me encanta, me reinventé profesionalmente, aprendí que el "éxito" no tiene que ver con los objetos que tienes para presumir, y mas tiene que ver con la calidad de vida que tienes y el tiempo que tienes para disfrutar de tu gente y de tu vida. El tiempo para leer un cuento una y otra vez, tiempo para charlar del dia, tiempo para despertar y ver dormir plácidamente una personita junto a tí, tiempo para escuchar lo que pasó en la escuela. Posiblemente si hubiera tomado otras decisiones tendría mas comodidades materiales, pero no me arrepiento para nada, aunque desde casa tal vez no tenga el ingreso que tendria para un patrón, ser dueña de mi tiempo y disponer de él no tiene precio, cada decisión tiene un precio y la que yo tomé lo vale.
Yo personalmente me siento como que se cerró un ciclo y viene otro, no me interesa la moda, me gusta estar a gusto y verme bien, los genes me han dado muchas canas y so parecer la abuelita de mis hijas tuve que sucumbir al tinte, so what?? lo que sigue, no me preocupa, ya compré mi primera crema antiarrugas y no me agrada mucho un surco que tengo entre las cejas (no se si por pensar mucho o por miope que estoy) la pasé de poca madre en mis 20's , pero no quiero volver el tiempo atrás, ya que me gusta ser como soy y ser quien soy, ya no aguanto las desveladas como antes, tal vez no tenga el ánimos de siempre salir a jugar con mis hijas, pero tengo muchas mas paciencia de la que tenia a los 25 años, tengo proyectos, ganas y mucho mas conocimiento. Y estoy segura de que seguiré haciendo lo que me gusta a los 45, a los 50, a los 60 y hasta que ya no pueda mas o tenga otros intereses, las limitaciones están en la mente...
Bienvenidos 40!
Lety (twitter @criandocreando )
lunes, 6 de septiembre de 2010
Perfectamente imperfecta a los 40
Fue liberador en una plática entre amigas darnos cuenta que lo que buscabamos entrando a los cuarenta era dejar de ser las mujeres perfectas. Las perfectas madres, las perfectas esposas, las perfectas amantes, las perfectas amigas, las perfectas hijas, las perfectas hermanas y ser simplemente las Perfectas Imperfectas.
El buscar la perfección me generaba estrés y frustación, ya que me exigía demasiado en todos los roles que desempeñaba con espectativas demasiado altas; vivía agotada y no con el mejor humor para disfrutar de las pequeñas cosas. Aunque lograba reflejar excelencia ante los demás ya en privado atacaba a mi autoestima por no cumplir con todo lo que me proponía.
Definirme perfectamente imperfecta me dio la oportunidad de aceptarme con mis errores, de evitar modelos mentales externos de cómo debe de ser la perfecta ama de casa o la perfecta mamá de comercial de detergentes de ropa. Aceptar que el cuerpo perfecto de la amante perfecta cada vez quedaba mas lejos por el paso tiempo y que en realidad no importa tanto.
Si tuviera que definir a una Perfecta Imperfecta diría que…
• Es única… nadie tiene sus mismas imperfecciones y no las cubre con Angel Face.
• Es divertida… al reirse de sus debilidades la hace mas fuerte, restándole importancia a los juicios que tiene de si misma.
• es creativa, está en constante evolución y sabe que tiene la capacidad de cambiar y fluir con lo que la vida le va presentando.
• es un poco mejor cada día, por que puede aprender de sus errores y tratar de no cometerlos de nuevo.
• es más humana, al aceptarse con errores le ayuda a aceptar a los demás con sus defectos sin enjuiciarlos.
• es más feliz, por que entiende que no hay que buscar la perfección sino momentos perfectos para disfrutarlos sola o acompañada.
• es más libre, por que va en el camino de saber quién realmente es.
Y una Perfecta Imperfecta sabe que si quiere ser perfecta primero se tiene que aceptar imperfecta.
Escribir este texto entró en mi escrutinio de la perfección, es la primera vez que escribo en un blog y seguramente me hubiera disculpado por no haberlo hecho perfecto, pero siendo perfectamente imperfecta, lo entrego con el orgullo de mi imperfección.
@maramm en twitter
El buscar la perfección me generaba estrés y frustación, ya que me exigía demasiado en todos los roles que desempeñaba con espectativas demasiado altas; vivía agotada y no con el mejor humor para disfrutar de las pequeñas cosas. Aunque lograba reflejar excelencia ante los demás ya en privado atacaba a mi autoestima por no cumplir con todo lo que me proponía.
Definirme perfectamente imperfecta me dio la oportunidad de aceptarme con mis errores, de evitar modelos mentales externos de cómo debe de ser la perfecta ama de casa o la perfecta mamá de comercial de detergentes de ropa. Aceptar que el cuerpo perfecto de la amante perfecta cada vez quedaba mas lejos por el paso tiempo y que en realidad no importa tanto.
Si tuviera que definir a una Perfecta Imperfecta diría que…
• Es única… nadie tiene sus mismas imperfecciones y no las cubre con Angel Face.
• Es divertida… al reirse de sus debilidades la hace mas fuerte, restándole importancia a los juicios que tiene de si misma.
• es creativa, está en constante evolución y sabe que tiene la capacidad de cambiar y fluir con lo que la vida le va presentando.
• es un poco mejor cada día, por que puede aprender de sus errores y tratar de no cometerlos de nuevo.
• es más humana, al aceptarse con errores le ayuda a aceptar a los demás con sus defectos sin enjuiciarlos.
• es más feliz, por que entiende que no hay que buscar la perfección sino momentos perfectos para disfrutarlos sola o acompañada.
• es más libre, por que va en el camino de saber quién realmente es.
Y una Perfecta Imperfecta sabe que si quiere ser perfecta primero se tiene que aceptar imperfecta.
Escribir este texto entró en mi escrutinio de la perfección, es la primera vez que escribo en un blog y seguramente me hubiera disculpado por no haberlo hecho perfecto, pero siendo perfectamente imperfecta, lo entrego con el orgullo de mi imperfección.
@maramm en twitter
viernes, 3 de septiembre de 2010
jueves, 2 de septiembre de 2010
A mis amigas cuarentonas:
Me llamo Artemisa y me confieso cuarentona y rebelde, gracias a ello todos los días niego que tengo 40 años pues mi espejo interior me dice que soy joven, fuerte y de mentalidad abierta y entusiasta. Creo que los 40´s es un parteaguas en la vida de la mujer, hay quien lo considera como el comienzo del declinar de la vida y hay quienes, como yo, creemos que es una etapa riquísima en experiencias de crecimiento y gozo. Pienso que todo radica en la forma en cómo nos programamos para ir viviendo las diferentes etapas de la vida, cada una de ellas con características que las hacen únicas e irrepetibles.
En lo personal, adoro esta etapa de los cuarentas, ya que ya dejé de interesarme en ser bella y atractiva, ahora acepto y disfruto mi cuerpo como es, no añoro la firmeza y la lozanía de la piel, pues en ella tengo tatuadas todas las experiencias que he disfrutado intensamente con todos mis sentidos. Ya no soy flexible y veloz, pero a cambio de ello tengo fuerza y resistencia para levantarme todos los días con entusiasmo de vivir y aprender de la vida.
Me considero una mezcla de juventud y experiencia, de inquietud y serenidad, de aventura y sensatez, de fuego y madurez…
Al paso del tiempo he podido darme cuenta que el momento más feliz de mi vida es el presente, lo que fui en el pasado ya no existe y lo que seré en el futuro es una promesa.
Agradezco lo que la vida, me ha brindado hasta ahora una familia amorosa e incondicionalmente apoyadora, un hermoso retoño que salió de mis entrañas, un trabajo que me permite realizarme profesionalmente y que es el medio a través del cual materializo todos mis sueños, amigos entrañables y nuevamente el encuentro con el amor de un hombre que me ama y me respeta.
¿Cómo no estar feliz de tener 40 años? Si la experiencia, el aprendizaje de los tropiezos, las pérdidas, las carencias y las adversidades, han forjado mi destino, más aún, el placer más grande de ésta etapa de los cuarentas es tener con quien compartir y disfrutar de los logros.
Siempre llevaré dentro de mí a la niña que se resiste a extinguirse, a morirse, pues de ella obtengo carácter y determinación para seguir conociendo y conquistando el mundo.
Aunque mis tejidos se aflojen, mi cuerpo adopte nuevas formas, mi cabello se tiña de blanco y mi piel se llene de arrugas, me sentiré bella, ya que la clave para verse y sentirse estupendamente bien se llama buena actitud.
Arriba las cuarentonas.
Artemisa.
En lo personal, adoro esta etapa de los cuarentas, ya que ya dejé de interesarme en ser bella y atractiva, ahora acepto y disfruto mi cuerpo como es, no añoro la firmeza y la lozanía de la piel, pues en ella tengo tatuadas todas las experiencias que he disfrutado intensamente con todos mis sentidos. Ya no soy flexible y veloz, pero a cambio de ello tengo fuerza y resistencia para levantarme todos los días con entusiasmo de vivir y aprender de la vida.
Me considero una mezcla de juventud y experiencia, de inquietud y serenidad, de aventura y sensatez, de fuego y madurez…
Al paso del tiempo he podido darme cuenta que el momento más feliz de mi vida es el presente, lo que fui en el pasado ya no existe y lo que seré en el futuro es una promesa.
Agradezco lo que la vida, me ha brindado hasta ahora una familia amorosa e incondicionalmente apoyadora, un hermoso retoño que salió de mis entrañas, un trabajo que me permite realizarme profesionalmente y que es el medio a través del cual materializo todos mis sueños, amigos entrañables y nuevamente el encuentro con el amor de un hombre que me ama y me respeta.
¿Cómo no estar feliz de tener 40 años? Si la experiencia, el aprendizaje de los tropiezos, las pérdidas, las carencias y las adversidades, han forjado mi destino, más aún, el placer más grande de ésta etapa de los cuarentas es tener con quien compartir y disfrutar de los logros.
Siempre llevaré dentro de mí a la niña que se resiste a extinguirse, a morirse, pues de ella obtengo carácter y determinación para seguir conociendo y conquistando el mundo.
Aunque mis tejidos se aflojen, mi cuerpo adopte nuevas formas, mi cabello se tiña de blanco y mi piel se llene de arrugas, me sentiré bella, ya que la clave para verse y sentirse estupendamente bien se llama buena actitud.
Arriba las cuarentonas.
Artemisa.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Abrí la puerta a la vida de verdad
Una vida atropellada, puedo decir de mí! Pintora a los cuatro, intelectual a los seis, escritora a los quince... Feliz así, en un mundo más de dentro que de fuera... Amistosa, algo solitaria, diferente, quizás extraña... y de pronto llegó Él!!! El qué? Pues el primero que apareció, que sé yo... en todo caso fue con El que me casé... Había que casarse, no? Con un misógino, agresor físico y emocional, además de otras maravillas; que tuvo a bien irse al año de casados, al nacer una bebé que dijo no estar preparado para criar... Mis amigas aún solteras, y yo ya divorciada y mamá!
Me ví sola con una bebé de ojos enormes que me miraba, esperando todo de mí... No volví al solvente hogar paterno, decidí que yo podía... Podía qué? Podía comer tortillas para que la niña comiera carne, podía pintar hasta la madrugada para medio salir adelante, podía...podía... pues sí, sí podía ir saliendo adelante! Abrí una Galería donde vendí mis pinturas, y comencé a hacer joyas y artesanías... Enseñé arte en una escuela, y garanticé a mi niña una educación de primera...
Hasta que Él volvió. Y yo volví con Él. Con luna de miel en Acapulco, romance en México, el país de mi corazón... Y al regresar a nuestra tierra,me contó ... era HIV positivo...Negocié con Dios, con la Virgen de Guadalupe, con el analista que cada mes me decía "negativo"... Y él, con minúscula, se enfermó... Lo cuidé hasta el fin, un regalo a la niña de ojos grandes que vio una muerte terrible, pero al menos no vio a su padre morir abandonado... Gasté en ello todos mis recursos, tras su muerte tuve que cerrar mi Galería, después el colegio en que trabajaba me despidió, estaba llena de deudas, y tenía... 36!!!
Empecé de cero. Comencé con éxito a hacer joyería. Sin embargo cada vez estaba más extenuada,hasta que me diagnosticaron: acumulo el fosfato de calcio, lo que produce agotamiento, dolores físicos y una espantosa confusión intelectual. Por un tiempo no serví para nada... Y fue la ex-niña de ojos grandes quien vio por mí, por nuestra casa, por nuestra vida...
Pero poco a poco renací!!! Seguí los consejos médicos como religión ,y además terapias alternativas. Busqué sicoterapia y dejé atrás codependencias,tristezas y pesares; e hice ejercicio y recuperé la musculatura perdida. Los medicamentos y el resto funcionaron, y reconquisté mi vida!!!
Hoy tengo un taller de producción de mi joyería donde trabajan mujeres; acabo de inaugurar mi showroom, pequeño pero bello, y he logrado que mis joyas sean deseadas y compradas. Otra vez tengo la mente clara. Leo de nuevo, y de vez en cuando escribo, mi enfermedad está contada en poemas. Conservo mis amigos de toda la vida, y aparecen más, me volví muy sociable... Comparto con mi familia. Tengo una vida afectiva muy llena, viajo, trabajo en algo que amo y disfruto...
Desde hace muy poco puedo decir que estoy bastante bien, aunque a veces vuelve el agotamiento o la confusión, como para recordarme lo que un día fue...
Qué perdí? La belleza física. Mi cuerpo, mi cara y mi cabello se desgastaron tremendamente con la enfermedad. Eso me entristece, pero pienso cuidarme hasta fortalecerme más, y si entonces aún me siento mal, pues ahora un cirujano plástico es de lo más trendy, o no?
Cuarenta años... para mí el momento de recomenzar, reinventarme, rehacerme, volverme a diseñar... Hoy a mis cuarenta y unos, les juro que cumplir cuarenta fue abrir la puerta a la vida, a la que vale la pena, a la de verdad...
Luz (pseudónimo) desde algún lugar de América Latina
Me ví sola con una bebé de ojos enormes que me miraba, esperando todo de mí... No volví al solvente hogar paterno, decidí que yo podía... Podía qué? Podía comer tortillas para que la niña comiera carne, podía pintar hasta la madrugada para medio salir adelante, podía...podía... pues sí, sí podía ir saliendo adelante! Abrí una Galería donde vendí mis pinturas, y comencé a hacer joyas y artesanías... Enseñé arte en una escuela, y garanticé a mi niña una educación de primera...
Hasta que Él volvió. Y yo volví con Él. Con luna de miel en Acapulco, romance en México, el país de mi corazón... Y al regresar a nuestra tierra,me contó ... era HIV positivo...Negocié con Dios, con la Virgen de Guadalupe, con el analista que cada mes me decía "negativo"... Y él, con minúscula, se enfermó... Lo cuidé hasta el fin, un regalo a la niña de ojos grandes que vio una muerte terrible, pero al menos no vio a su padre morir abandonado... Gasté en ello todos mis recursos, tras su muerte tuve que cerrar mi Galería, después el colegio en que trabajaba me despidió, estaba llena de deudas, y tenía... 36!!!
Empecé de cero. Comencé con éxito a hacer joyería. Sin embargo cada vez estaba más extenuada,hasta que me diagnosticaron: acumulo el fosfato de calcio, lo que produce agotamiento, dolores físicos y una espantosa confusión intelectual. Por un tiempo no serví para nada... Y fue la ex-niña de ojos grandes quien vio por mí, por nuestra casa, por nuestra vida...
Pero poco a poco renací!!! Seguí los consejos médicos como religión ,y además terapias alternativas. Busqué sicoterapia y dejé atrás codependencias,tristezas y pesares; e hice ejercicio y recuperé la musculatura perdida. Los medicamentos y el resto funcionaron, y reconquisté mi vida!!!
Hoy tengo un taller de producción de mi joyería donde trabajan mujeres; acabo de inaugurar mi showroom, pequeño pero bello, y he logrado que mis joyas sean deseadas y compradas. Otra vez tengo la mente clara. Leo de nuevo, y de vez en cuando escribo, mi enfermedad está contada en poemas. Conservo mis amigos de toda la vida, y aparecen más, me volví muy sociable... Comparto con mi familia. Tengo una vida afectiva muy llena, viajo, trabajo en algo que amo y disfruto...
Desde hace muy poco puedo decir que estoy bastante bien, aunque a veces vuelve el agotamiento o la confusión, como para recordarme lo que un día fue...
Qué perdí? La belleza física. Mi cuerpo, mi cara y mi cabello se desgastaron tremendamente con la enfermedad. Eso me entristece, pero pienso cuidarme hasta fortalecerme más, y si entonces aún me siento mal, pues ahora un cirujano plástico es de lo más trendy, o no?
Cuarenta años... para mí el momento de recomenzar, reinventarme, rehacerme, volverme a diseñar... Hoy a mis cuarenta y unos, les juro que cumplir cuarenta fue abrir la puerta a la vida, a la que vale la pena, a la de verdad...
Luz (pseudónimo) desde algún lugar de América Latina
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